Es sabido por cultura popular que el terreno sentimental es el más prolífero para los artistas, ya sea escribiendo canciones románticas, escribiendo odas, creando pinturas o bustos a los seres amados... o pasando al otro lado del espectro, canalizando toda la negatividad en una obra, independientemente de la naturaleza del artista.
Ya hemos escuchado cortavenas y baladas que inducen a la depresión de la boca de Adele el pasado 2011(cosechando tanto éxito comercial como de la crítica), si bien el impacto en las ondas radiales y el colectivo popular no llegue a ser ni remotamente el mismo conseguido por Adele, Norah Jones presenta este año su disco más oscuro hasta la fecha, uno que fácilmente se puede equiparar a 21 de Adele, en temática.
Una colección de canciones tristes, cuya narrativa va desde el reproche (Good Morning), pasando por considerar el engaño como una opción viable (4 Broken Hearts), hasta una fantasía homicida dirigída hacía la artífice de la ruptura (Miriam).
Musicalmente Little Broken Hearts nos ofrece un sonido algo menos comercial a las mezclas pop-jazz, country-pop-jazz, pop, pop-acústico que Norah nos ha ofrecido a lo largo de su carrera, éste 5º álbum tiene un sonido indie-pop del estilo de Regina Spektor, presentandonos temas tan experimentales como Take it Back, o All a Dream. El cambio de sonido es evidente desde el primer single del álbum, Happy Pills, el que curiosamente es el track más animado del álbum, eso si, sin romper la atmósfera triste marcada desde el primer track.
10/10
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